¡QUÉ GRANDE ES EL PODER DE TU REINO, NUTRICIA VENUS!*
«La galera en que iba sentada, resplandeciente como un trono, parecía arder sobre el agua. La popa era de oro batido; las velas, de púrpura, y tan perfumadas, que se dijera que los vientos languidecían de amor por ellas; los remos, que eran de plata, acordaban sus golpes al son de flautas y forzaban al agua que batían a seguir más a prisa, como enamorada de ellos. En cuanto a la persona misma de Cleopatra, hacía pobre toda descripción. Reclinada en su pabellón, hecho de brocado de oro, excedía a la pintura de esa Venus, donde vemos, sin embargo, a la imaginación sobrepujar la naturaleza.»
(SHAKESPEARE)
«Cuando ella apareció palidecieron todas las antorchas. Entre los diamantes de su collar resplandecía la piel de su pecho en los sitios que lo llevaba desnudo; dejaba, al pasar, como el olor de un templo, y de todo su ser emanaba algo que era más suave que el vino y más terrible que la muerte.»
(FLAUBERT)
«MUJER: Debe ser la última palabra de un moribundo y de un libro.»
(X.F.)
Iglesia del Surf del Cristo Risueño de la Costa LTD. MMXXIII ©
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