martes, 21 de noviembre de 2023

CONGRATULOR / CONDOLEO

"Habiéndola leído, me dijo con gran respeto: ¡Bienvenido en nombre de Dios, sois el hombre al que deseaba ver desde hace tanto tiempo! - A la vez que hablaba, también me mostró una insignia preguntándome si tenía algo para darle a cambio. Como ya no me quedaba más que la sal, se la ofrecí, y la aceptó dándome las gracias. Esta insignia tenía, igualmente, sólo dos letras: S.M.

Cuando me disponía a hablar también con este guardián, una campana se puso a tañer en el castillo, aconsejándome vivamente el guardián que me apresurase, ya que si no todos mis sufrimientos y esfuerzos serían vanos, dado que arriba comenzaban a apagar todas las luces. Puse en práctica su consejo de forma tan precipitada que ya no le presté atención, tal era mi temor y no sin razón.

Al no poder caminar con la rapidez requerida, no hubiese podido encontrar el camino si no hubiese sido porque me alcanzó la virgen que apagaba todas las luces, pues ella me iluminó con su antorcha. Y apenas si pude deslizarme detrás de ella para entrar, pues la puerta se cerró tan bruscamente que el borde de mi capa quedó cogido. Y allí tuve que dejarla porque ni yo, ni los que gritaban fuera, pudieron convencer al guardián para que abriera de nuevo la puerta. Aseguraba que había entregado la llave a la virgen, la cual se la había llevado al patio.

Durante este tiempo, estuve contemplando el pórtico. Era una obra maestra tan espléndida que en todo el mundo no había otra que la igualase. A cada lado de la puerta se levantaba una columna. Sobre una de ellas, reposaba una estatua sonriente con la inscripción: CONGRATULOR. Sobre la otra, una estatua de cara triste con la inscripción: CONDOLEO. En pocas palabras, eran figuras y palabras tan oscuras y misteriosas que incluso el hombre más sagaz de la Tierra no sabría interpretarlas. Pero, si Dios lo permite, en breve las describiré y explicaré."
(R+C)

Iglesia del Surf del Cristo Risueño de la Costa LTD. MMXXIII ©

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