"En el sistema jeroglífico egipcio, la escalera se halla como signo determinativo para el acto de subir y entra en la composición de uno de los epítetos de Osiris, a quien se invoca como 'el que está en lo alto de la escalera.' En muchas tumbas egipcias se han encontrado amuletos en forma de escaleras de mano. El Libro de los Muertos dice: 'Está ya colocada mi escalera para que pueda ver a los dioses.'
En la tradición islámica, Mahoma vio una escalera por la que los justos subían hasta Dios. Con respecto a los primitivos, Schneider señala que para alcanzar la montaña de Marte y obtener sus bienes hay que subir la escalera de los antepasados. Por ello, la escalera es también uno de los símbolos más notables del culto a los antepasados.
En los misterios de Mitra, la escalera ceremonial tenía siete escalones, siendo cada uno de un metal diferente. Según Celso, el primer escalón era de plomo (Saturno). La correspondencia con los cielos planetarios es obvia. Ahora bien, este aspecto de la gradación fue especialmente recogido por la alquimia, desde fines de la Edad Antigua, identificándose a veces dichos grados con las etapas del proceso de transformación.
Según el Zóhar, la escalera que viera Jacob en sueños tenía 72 escalones y su cima se perdía en las mansiones del cielo. (...) Bayley cita que, en las marcas, muchas escaleras están rematadas por una cruz, la figura de un ángel, una estrella o una flor de lis."
(Diccionario de Símbolos; CIRLOT)
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