"El Tarot está, pues, íntimamente vinculado con las Artes puramente mágicas de la Invocación y la Evocación. Por Invocación se da a entender la aspiración a la forma más alta y más pura de la parte de uno mismo que se desea poner en acción.
La Evocación es mucho más objetiva. No implica una simpatía total. Nuestra actitud ante el Ser evocado puede ser hasta hostil, al menos superficialmente. Pero, como es natural, cuanto más avanzado está uno en la iniciación, menos entra en nuestra mente la idea de hostilidad. 'Tout comprende, c'est tout pardonner'. De modo que para comprender cualquier carta dada, debemos identificarnos por el momento completamente con ella; y una forma de hacerlo es inducir o apremiar a la Inteligencia regente de la carta a que se manifieste a los sentidos. Pues la teoría antigua del Universo incluía la tesis de que todo objeto de la Naturaleza poseía un guardián espiritual.
(...)
¡ARRE Y - SO!
La Gran Rueda de Samsara.
La Rueda de la Ley (Dharma).
La Rueda del Taro.
La Rueda de los Cielos.
La Rueda de la Vida.
Todas estas Ruedas son una, pero de todas ella sólo la rueda del TARO te sirve conscientemente.
¡Medita, oh hombre, largo y tendido en esta Rueda haciéndola girar en tu mente!
Que tu tarea sea ésta, ver cómo cada carta emana necesariamente de todas las demás, incluso en el orden debido desde El Loco hasta el Diez de Monedas.
Y que entonces, una vez conocida perfectamente la Rueda del Destino, percibas AQUELLA Voluntad que la puso en movimiento en un principio. [No hay principio ni fin.]
Y he aquí que habrás cruzado el Abismo."
(M. THERION)
Iglesia del Surf del Cristo Risueño de la Costa LTD. MMXXI ©
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