"En el horno de la tribulación y por medio de un fuego continuo, el hombre, como el cuerpo terrestre del oro, participa de la cabeza negra del cuervo, es decir, es vuelto enteramente disforme y convertido en irrisión ante el mundo. Y esto no se hace exactamente durante cuarenta días y cuarenta noches, ni siquiera en cuarenta años sino a menudo durante todo el tiempo de su vida, de suerte que, a lo largo de ella, debe necesariamente tener con más frecuencia la experiencia del dolor que la del consuelo y la alegría, y la del abatimiento que la del regocijo.
Finalmente, su alma es completamente liberada por esa muerte espiritual como si fuese conducida hacia las alturas, es decir, que a pesar de que su cuerpo aún está en la tierra, él se vuelve con su espíritu y su corazón hacia lo alto, hacia la vida eterna y la Patria […]. Esta separación del cuerpo y del alma del hombre debe hacerse muriendo espiritualmente. Esta disolución del cuerpo y el alma tiene lugar en el Oro regenerado de modo que el cuerpo y el alma, estando como separados el uno del otro, no por ello dejan de estar fuertemente unidos en el vaso y reunidos; el alma de lo alto va recreando cada día el cuerpo y lo preserva de la destrucción final hasta el tiempo fijado en el que permanecerán juntos e inseparables […]. Es un refrigerio celeste y una recreación del cuerpo terrestre muerto en el hombre. En lo que se refiere a la muerte temporal, que es el salario del pecado, no se trata de una muerte verdadera sino de una disolución natural del cuerpo y del alma y una suerte de ligero sueño; también es una conjunción indisoluble y permanente del Espíritu de Dios y el alma: pero debes entender que hablo de los santos. Se la compara, por otro lado, a ese admirable ascenso y descenso que suele hacerse siete veces seguidas en la obra terrestre."
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"Finalmente mientras las tinieblas lo inundan todo - en virtud de dicha Ignorancia y espíritu agnóstico que prevalecen el mundo - la opresión encadena la libertad (...) y en esa oscuridad se verifica, en la incomprensión general, el Misterio filosófico de la pasión de la Piedra Cúbica. Dicha Piedra ¡suda sangre y agua!, hallándose en una crisis suprema de agonía y martirio.
Esta pasión de la piedra, no debería empero ser un motivo de desesperación: su aparente agonía es la lucha en el esfuerzo de una mejor expresión, y el mismo martirio es el testimonio del Verbo de la Verdad que está en proceso de manifestarse. (...) Sobre la cumbre del Gólgota (el lugar del cráneo), la piedra cúbica se ha abierto en la cruz, floreciendo y desplegándose, en la intersección de los brazos de ésta, la Rosa de la Divina Verdad."
"Por medio de la Cruz, el Logos toma su cuerpo: el Verbo se hace carne, ese cuerpo es el cosmos, o sea el Orden Divino que nace de la expresión luminosa de la Verdad, a través de la Palabra o ritmo musical, y esa carne es la sustancia universal que reviste la Palabra que es Vida y Verdad, la séptuple vestidura de Isis. Así el Hombre Celestial, Zeus-Jehová, se haya crucificado en el espacio como Cristo Cósmico, el Dionisio de los misterios, identificándose con el Agnus Dei, cuya sangre viviente anima y redime toda la manifestación."
(R+C)
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"El artista dotado de verdadera personalidad, sólo es comprendido y alentado por los hombres de su generación, las generaciones siguientes le considerarán y honrarán, o bien lo eliminarán brutalmente por haber andado con trucos para complacer a los mediocres de su época.
El artista que permanece fiel a sí mismo no ha de esperar nada de sus mayores, ya sean aficionados, marchantes, críticos, artistas o literatos, ya que la expresión de una época sólo es reconocida por la generación siguiente. Cuanto más lejos vea un artista, menos ayudado será por sus contemporáneos pero más festejado por las generaciones posteriores.
Así pues, si los mayores no vienen a él, que tampoco vaya demasiado hacia ellos; los pocos que están vivos se reconocen con facilidad por la facultad que tienen de amar gratuitamente como a los veinte años.
Cuando envejezcan, permanecerán apegados a su época y sólo ayudarán a los maestros de su tiempo o, lo que es más grave, a los plagiadores impacientes por complacer y vivir fácilmente.
Así es cómo los más mediocres son favorecidos por la gente que tiene poder. Pero el tiempo no se equivoca y devuelve a toda esa gente astuta a los limbos del olvido."
(Física y Metafísica de la Pintura; CATTIAUX)
IGNE NITRUM RORIS INVENITUR***
Iglesia del Surf del Cristo Risueño de la Costa LTD. MMXXIII ©
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