«Ésta (la magia natural) […] saca afuera los milagros escondidos en los escondrijos del mundo, en el seno de la naturaleza, en las despensas y arcanos de Dios, como si ella fuera el Artífice; y, a manera como el labrador junta los olmos con las vides, así el mago casa el Cielo con la Tierra, es decir, lo inferior con las dotes y virtudes de lo superior.»
"DISCÍPULO: Es suficiente, mi muy querido maestro, ya no puedo resistir que nada me distraiga de él. Pero ¿cómo hallaré la vía que más cerca me conduzca de él?
MAESTRO: Ve allá donde el camino se haga más duro, y toma contigo lo que el mundo desprecia. Lo que el mundo hace no lo hagas tú. Haz todo lo contrario que el mundo. Así es como más te acercarás a lo que estás buscando.
DISCÍPULO: Si tengo que caminar en todo en dirección contraria al resto de la gente, por necesidad que me hallaré en un estado muy intranquilo y triste, y el mundo no dejará de tenerme por un loco.
MAESTRO: No te conmino, hijo mío, a la que hagas daño a alguien, creándote con ello cualquier miseria o intranquilidad. No es esto lo que quiero decir cuando te aconsejo que hagas lo contrario del mundo en todo. Pero es que el mundo, como mundo, sólo ama el engaño y la vanidad, y camina por vías falsas y traicioneras; por tanto si tu inclinación es la de actuar en una forma limpia, contraria a los caminos del mundo, sin excepción o reserva alguna, camina sólo por la vía correcta, llamada la vía de la luz, pues la del mundo es propiamente la vía de las tinieblas. Pues la vía correcta, el sendero de la luz, es contraria a todas las vías del mundo."
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"Mira, he visto en un lugar a un hombre cubierto de harapos que retiraba la vista de su casa, el hombre llevaba un libro en la mano y un gran peso sobre sus espaldas. Un hombre llamado Evangelista topa con él y le aconseja huir de la 'ira venidera' :
¿No ves aquel estrecho portillo?
No - le contesta el hombre.
- ¿Tampoco ves (...) aquella luz?
(...) No pierdas de vista esa luz y vete derecho a ella.
Pronto encontrarás un portillo en el que, cuando llames a él,
te dirán lo que tienes que hacer."
No - le contesta el hombre.
- ¿Tampoco ves (...) aquella luz?
(...) No pierdas de vista esa luz y vete derecho a ella.
Pronto encontrarás un portillo en el que, cuando llames a él,
te dirán lo que tienes que hacer."
S.D.G.
Iglesia del Surf del Cristo Risueño de la Costa LTD. MMXXIII ©
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