lunes, 22 de noviembre de 2021

XVII L'ETOILE


"Esta carta está atribuida la letra Hé. Se refiere al signo zodiacal de Acuario, el aguador. La imagen representa a Nuith, nuestra Señora de las Estrellas.

(...)

Yo doy alegrías inimaginables en la tierra: certidumbre, fe, durante la vida, en la muerte, paz indecible, descanso, éxtasis; nada pido en sacrificio.
Pero amarme es mejor que todas las cosas: si bajo las estrellas de la noche quemas pronto en el desierto mi incienso ante mí, invocándome con corazón puro y con la llama de la Serpiente en él, vendrás a acostarte un poco en mi seno. Por un beso estarás dispuesto a darlo todo, pero quien dé una mota de polvo perderá todo en esa hora. Vosotros acumularéis bienes y abundancias de mujeres y especias; llevaréis finas joyas; superaréis a las naciones de la tierra en esplendor y orgullo, pero siempre en mi amor, y así vendréis a mi gozo. Os encargo seriamente que os presentéis ante mí con una túnica sencilla y cubiertos con un lujoso tocado. ¡Os amo! ¡Os anhelo! Clara o púrpura, velada o voluptuosa, yo que soy todo placer y púrpura y embriaguez del sentido más interno, os deseo. Poneos las alas y despertad el esplendor enroscado en vuestro interior: ¡Venid a mí!

En todas mis citas con vosotros dirá la sacerdotisa - y arderán sus ojos de deseo cuando permanezca desnuda y deleitándose en mi templo secreto -: ¡A mí! ¡A mí!, haciendo prender la llama de los corazones de todos con su canto de amor.
¡Dedicadme arrebatadores cantos de amor! ¡Quemadme perfumes! ¡Llevad joyas por mí! ¡Bebed por mí, pues os amo! ¡Os amo!
Yo soy la hija de párpados azules del Ocaso; soy el esplendor desnudo del voluptuoso cielo nocturno.

¡A mí! ¡A mí!
La Manifestación de Nuith toca a su fin."

"De rodillas en el cruce de universos, punto donde surge el borbollón de sangre, 
orgasmo que viene del vientre de la tierra, sin ocultar, sin mostrar, sin elegir, 
purificada de la urgencia y de la meta, dejo escurrir el resplandor del cosmos 
para que en tu ínfima memoria se revele el fundamento de los astros.

Esas puertas que abro, esas máscaras que pudro, esos gestos crueles,
que llevo a la calma, estela de muertos que te sigue, vestigios de tus horas,
matices del alma inscritos para siempre en los registros eternos,
cada grano de conciencia protegido por mi sombra blanca,
cada célula enferma regenerada y convertida en alba,
fuego que se nutre de sí mismo,
germina en el núcleo del agua, 
surge de la tierra como una flor de jade
y acelera la respiración del aire hasta borrar la forma de tu cara.
Te enseño a morir para nacer de nuevo.

Diamante del mañana en la turba del presente, araña que desde el futuro
teje la esperanza, agua de lo alto en el agua de la tierra, vertiente amarilla
derramando el aroma de una fe sin coraza, desnudez de donde emergen
ropajes luminosos, amarras que desato para aceptar la caricia del instinto,
amor que navega por las venas transformando el espejismo en realidad,
ida y vuelta incesante entre el cielo y el infierno,
ascensión de la materia del pensamiento,
irisaciones suntuosas donde domina el color ámbar,
elevándose a niveles cada vez más altos, a una fuerza más vasta,
a una alegría más intensa, conciencia infinita y para siempre
que ni la oscuridad ni la mentira ni el sufrimiento 
ni el error pueden violar.
En tu alma se abre una rosa.
Escuchas por fin la voz interior.

¡Triunfo de la multiplicidad en la reconstitución del solitario Verbo!
¡Triunfo de la materia en el alumbramiento de un horizonte de oro!
¡Triunfo de la impermanencia en el dios que en tu corazón se gesta!
Mis palabras mueren en tus oídos, renacen como gemas en tus manos."

***Dedica toda tu energía a gobernar tu mente: 
quema tus pensamientos como el Fénix.

Iglesia del Surf del Cristo Risueño de la Costa LTD. MMXXI ©

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