"El sabio encontrará nuestra piedra hasta en el estiércol - escribe el Cosmopolita - mientras que el ignorante no podrá creer que se encuentre en el oro'. Es así como el plano del edificio cristiano nos revela las cualidades de la materia prima, y su preparación, por el signo de la Cruz, lo cual, para los alquimistas, tiene por resultado la obtención de la primera piedra, piedra angular de la Gran Obra Filosofal. Sobre esta piedra edificó Jesús su iglesia; y los francmasones medievales siguieron simbólicamente el ejemplo divino. Pero, antes de ser tallada para servir de base a la obra de arte gótica, y también a la obra de arte filosófica, dábase a menudo a la piedra bruta, impura, material y grosera, la imagen del diablo.
Nótre Dame de París poseía un jeroglífico semejante, que se encontraba bajo la tribuna, en el ángulo del recinto del coro. Era una figura de diablo, que abría una boca enorme, en la cual apagaban los fieles sus cirios, de suerte que el bloque esculpido aparecía manchado de cera y de negro de humo. El pueblo llamaba a esta imagen Maistre Pierre du Coignet, cosa que no dejaba de confundir a los arqueólogos. Ahora bien, esta figura destinada a representar la materia inicial de la Obra, humanizada bajo el aspecto de Lucifer (portador de luz, la estrella de la mañana) era el símbolo de nuestra piedra angular, la piedra del rincón, la piedra maestra del rinconcito. 'La piedra que los constructores rechazaron - escribe Amyraut - ha sido convertida en la piedra maestra del ángulo, sobre la que descansa toda la estructura del edificio, pero es también escollo y piedra de escándalo, contra la cual tropiezan para su desgracia.'
"Es la imagen sintética en la que los Iniciados del Templo habían agrupado todos los elementos de la alta ciencia y tradición de la Gran Obra. (...) Jamás fue un ídolo, como algunos lo han creído, sino tan solo un emblema completo de las tradiciones secretas de la orden Templaria, empleado, sobre todo exteriormente como paradigma, sello de caballería y signo de reconocimiento."
"Así representado el Baphomet, constituía una grosera forma de animal, imprecisa y de identificación problemática. Eso explicaría, sin duda, la diversidad de las descripciones que de él se han hecho: Era un gato negro que a las 12 de la noche aparecía en los capítulos templarios, para ser adorado por los asistentes."
(FULCANELLI)
Iglesia del Surf del Cristo Risueño de la Costa LTD. MMXXII ©
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