
“Tú me has enderezado el camino para ir hacia ti (Salmo 118, 5). Por el laberinto de caminos entrecruzados, que han trazado los espíritus tortuosos, voy hacia ti sin temor y confío en tu palabra. De lejos veo perderse al uno o al otro, entre ellos al audaz y al cauto. Yo prosigo a ciegas mi camino (...) Esta vida es un laberinto, para que la travesía sea segura, confía ciegamente en Dios con verdadero amor y sin hipocresía.”
(R+C)
Iglesia del Surf del Cristo Risueño de la Costa LTD. MMXXV ©
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