viernes, 8 de septiembre de 2023

HAPPY NEW 'Pataphysical Year 151 !

HAPPY NEW YEAR 151 !!!

"Cuando a fines del siglo XIX la ciencia, el arte y la religión se entrechocaban en las tinieblas, la Patafísica quedó de pronto al descubierto y su vaso de elección fue Alfred Jarry. Jarry, precursor de Dadaísmo y del Surrealismo, era un espíritu original, un ser ferozmente asocial, atractivo y grotesco, más personaje que persona, un genio anárquico y vanguardista, un bretón que cambió las largas temporadas en el manicomio de su madre y de su hermano por las pensiones y los cafés parisinos. Montaba en bicicleta, era diestro en el uso de la espada, llevaba siempre dos pistolas cargadas con las que disparaba simbólicamente contra todo pseudoartista o impostor intelectual que se cruzaba en su camino, optó por un suicidio gradual a través del consumo inmoderado de ajenjo y éter, y murió en la miseria y casi en el anonimato. 

Patafísica es la ciencia que se sobreañade a la metafísica, extendiéndose más allá de ésta como ésta se extiende más allá de la física. Según el razonamiento patafísico, si todo fenómeno es siempre individual, un accidente, una anomalía, entonces la Patafísica será sobre todo la ciencia de lo particular, por más que se afirme que sólo hay una ciencia de lo general, estudiará con ahínco y minuciosidad las leyes que rigen las excepciones y explicará un universo suplementario al nuestro (como el descubierto por Alicia al otro lado del espejo), describiendo ese universo que se puede ver, y quizá se deba ver, en lugar del tradicional. La Patafísica es, en consecuencia, la ciencia de todas las ciencias, la ciencia de las soluciones imaginarias, entendiendo que en la vida todo son excepciones y que las leyes físicas son, precisamente, excepciones no excepcionales, sin ningún interés. Sólo la excepción excepcional, lo imprevisto, lo aberrante, hace avanzar la ciencia; baste con recordar los comienzos de Fleming, de Pasteur y de otros ilustres científicos para constatar que todo verdadero descubrimiento acontece por azar.

El retorno a lo Particular demuestra que cada hecho determina una ley, una ley particular. La Patafísica vincula cada cosa y cada hecho, no a una generalidad, sino a la singularidad. Y la metodología que utiliza para ello es la del análisis infinito: puesto que todo fenómeno, aún el más simple, resulta inagotable, es capaz de tolerar una serie infinita de operaciones que, en sí, constituyen el fin mismo de la ciencia patafísica. Marcel Duchamp observó que la realidad posible puede obtenerse distendiendo un poco las leyes físicas. En suma, el universo sólo es “la excepción de sí mismo”, y ese “sí mismo” es la Patafísica. 

La Patafísica ha existido siempre: desde que el hombre se rascó por primera vez la cabeza para calmar la picazón del pensamiento reflexivo, desde que Sócrates demostró a Menón que su joven esclavo sabía el teorema de Pitágoras, desde que Euclides sorprendió a sus coetáneos con el tratado de geometría, desde que Leonardo de Pisa escandalizó a los suyos del siglo XII al usar cifras arábigas en lugar de romanas, desde que aquel médico contemporáneo de Newton descubrió los ovarios de la mujer y acabó suicidándose en Suiza, o desde que Lewis Carroll estableció la identidad entre las coles y los reyes. Debe entenderse que todo patafísico anterior a la Era Patafísica (que comienza el 8 de septiembre de 1873, fecha de nacimiento de Jarry) es considerado como un patafísico involuntario, como un patacesor (Zenón de Elea, Rabelais, Johnathan Swift, Lawrence Sterne, Remy de Gourmont, Rimbaud, Marcel Schwob o Raymond Roussel, cuyas invenciones y procedimientos verbales son patafísicos por excelencia, pero que ignoraba probablemente a su genial contemporáneo), mientras que los posteriores a Jarry son patafísicos en general conscientes que han hecho más o menos uso de sus métodos: Arthur Cravan, Julien Torma, Jacques Vaché, René Daumal, Salvador Dalí, Fernando Arrabal, etc.
(Institutum Pataphysicum Granatensis; AOOA)

Iglesia del Surf del Cristo Risueño de la Costa LTD. MMXXIII ©

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