"La pureza auténtica no es consciente de sí misma. Es la de los enfants terribles,
que solo pueden vivir en una habitación cerrada y no toleran los microbios exteriores.
Roussel, enfermo (y físicamente semejante a Marcel Proust) vivía en una bombona.
Nunca coincidía con la temperatura exterior.
Encontramos en él esa inmensa ola ingenua y soberbia que hace sonreír incluso
a quienes lo admiten porque no les queda más remedio.
No es nunca ni chistoso ni pintoresco. Como ignoraba su propia grandeza era capaz
de pedirle a cualquiera que pusiera en escena sus libros. El escándalo lo dejaba
estupefacto, y cuando le dije: Se lleva usted la mejor parte...
no lo entendía y la admiración de los jóvenes no satisfacía su sueño infantil de fama.
Su aparente extravagancia no es más que el grado máximo de la sencillez.
Raymond Roussel me confesó que para escribir se atenía a una clave
y que en alguna ocasión lo aclararía. Pero sigo convencido que esa clave
la aplicaba instintivamente y de que su control se parece al del número áureo
que simplemente es una prueba de los equilibrios de un sonámbulo."
(J. COCTEAU)
Iglesia del Surf del Cristo Risueño de la Costa LTD. MMXVIII ©.
No hay comentarios:
Publicar un comentario