"Es en la vacuidad de una paciente ascesis donde el arte se manifiesta al vidente.
Se puede decir que el artista está liberado cuando se encuentra libre del miedo a hacerlo mal y de la voluntad de hacerlo bien.
El artista ha de permanecer inmutable en medio de lo movedizo, libre en el mundo, coadjuntor del Dios que crea el Universo.
Al ser la sensibilidad su único medio de comunicación con la creación y al no intervenir el intelecto más que en segundo lugar como ordenador de la inspiración, necesariamente ha de protegerse dicha sensibilidad generadora con el ejercicio de una ascesis. Ya que la aptitud natural para 'sentir' puede fácilmente transformarse en sufrimiento, en susceptibilidad, en irritación perpetua e incluso en orgullo delirante.
(...)
La santidad posee en efecto esa guardia extraordinaria que se llama humildad y que es la libertad conquistada en medio de las trampas de la apariencia mundana.
Lo que vive según la razón, vive contra el espíritu."
(Física y Metafísica de la Pintura, L. CATTIAUX)
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