sábado, 29 de octubre de 2011
Viaje (según René Crevel)
El poeta adormece a sus fieras para jugar a domador, pero, tras abrir todas las jaulas y arrojar las llaves por los aires, decide partir, viajero que no piensa en sí mismo sino en el viaje, en las playas de ensueño, bosques de manos, animales de ánimas, en toda la innegable surrealidad.
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