lunes, 8 de diciembre de 2025

TACERE

*Para que el alma sea habitación del Rey celestial, es necesario que esté limpia, sin género de mancha.

No existe tradición que determine tan sustancialmente lo enigmático como la contenida en el Silencio. El habla no puede trasladar aquello que a nadie le ha sido dado relatar ni cifrar. La voz propia, que alberga desconocimiento de sí mismo, cuenta con el único atributo de la razón y se encuentra por lo tanto, a un lado del mundo visible. Lo oculto, tan ligado, incluso por etimología al misticismo, a lo que está cerrado y es secreto, únicamente puede ser atendido sin la necesidad de reconocimiento, sin la exigencia de ser visto, y también, y por supuesto, sin el recurso del lenguaje, que busca, por destino, una finalidad, una aparición. La voz es una promesa, y el silencio una consumación.

En la pluralidad terminológica dada en el Antiguo Testamento en torno a situaciones o estados de silencio, la expresión más usada es haster panim, que significa 'escondimiento-silencio' de Dios. Quien escucha atento, quien en su desconocimiento trata de discernir con el oído aquello que no puede serle revelado de otro modo, quien asume que su origen es debido a un no saber y a un conciliarse con su docta ignorantia, debe asumir una condición filial...

Depende de la pureza de nuestros corazones la posibilidad de ser hombres renacidos y convertidos en hijos de Dios. Aunque es de noche en este mundo, no podemos renunciar a la fe en la luz del mundo porvenir, en convertirnos en rosas preñadas de la Cruz, la semilla santa. Cuando, en el corazón de cada uno puede germinar esta semilla crece un árbol, como el carro de Ezequiel, y ya no es propio de cada individuo – la diversidad se convierte en unidad- sino que todos son el mismo hijo de Dios. El corazón de los hombres rectos que creen en la palabra es el espejo de Dios -un espejo limpio- por esto nadie ha visto a Dios cara a cara.

Las tinieblas sólo sirven para volver las excelencias de la luz más aparentes y más bellas, así su malicia negra (la de los diablos) no sirve más que para exaltar la bondad y la luz del Todopoderoso, que les ha hecho cooperar incluso en su condenación, a pesar de ellos, a glorificar la Justicia y la Gloria de su poder infinito, por su vana e infructuosa resistencia.
D.L.S.
Iglesia del Surf del Cristo Risueño de la Costa LTD. MMXXV ©

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