jueves, 22 de mayo de 2014

Dat Rosa Mel Apibus

 


"Un hombre devoto, en profunda contemplación, con la cabeza reclinada en el seno de la meditación, se sumergió en el oceano de la visión. Cuando se recuperó de ese estado, uno de sus compañeros, a modo de broma, dijo: 
¿Qué milagroso presente nos has traído de este jardín que has visitado?

Él respondió:
Mi intención era que, cuando llegara al rosedal, llenara mi regazo con flores, para regalar a mis amigos, pero cuando llegué al lugar, el aroma dominó tan fuertemente mis sentidos, que mi delantal cayó de mis manos."

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